Un camino. En las afueras...
Una llanura, que se prolonga y se extiende,
sin que, de momento,
nada la interrumpa...
Va cayendo la tarde, las sombras se alargan...
Aún hay trigales sin cosechar...
Alla, en la lejania,
donde el camino no se sabe si se pierde,
o, quién sabe!,
se une a otras sendas,
unas leves elevaciones...
Quedan muy lejos...
La hierba amarillea y se seca...
Y rememoro un instante
un fragmento de aquel texto,
donde aprendi algo más
de la hermosa lengua francesa:
"L'herbe jaunit et se sèche..."
Y... si siguiera el camino...,
si continuara avanzando...?
No... Hay que regresar...
El sol casi roza el horizonte...
Y el tiempo viaja deprisa...
Aún no hace un mes,
que los trigales, plenos de verdor,
ondulaban con el viento vespertino...
Y las amapolas,
deslumbrantes en su rojo intenso,
parecían ser eternas...
Un camino en las afueras...
Y el retorno...
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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