¡Agosto se va...!
Y no puedo evitarlo,
pero, a pesar de sus días ardientes
y de sus noches sofocantes,
es como perder una buena parte de alegría...
Sí, los caminos ya no son los mismos...
La hierba, amarillenta, preludia el equinoccio...
Los largos e interminables crepúsculos,
han quedado atrás...
"¡Ay, que ya acorta el día...!"
Este lamento, tan popular, se vuelve real...
Mañana, amaneceremos en septiembre...
¿Por qué me invade la melancolía...?
¿Se conmueve el pensamiento,
al percibir, en la distancia,
un atisbo de sombras...?
¡Agosto...!
Tendrán que pasar meses
hasta que volvamos a encontrarnos...
Mientras, te doy las gracias
por tus mañanas somnolientas,
por el sopor de las tardes,
por las frescas brisas nocturnas...
¡Adiós, agosto, amigo...!
¡Que volvamos a encontrarnos...!
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).