¡Dulce mayo, que te has ido...!
¡Ay, qué poco has aliviado
mi corazón malherido...!
¡Contados recuerdos tengo...!
Un breve almendro florido,
oscuras tardes de lluvia,
y algún ocaso encendido...
Y la ausencia dolorosa,
al irse un pequeño amigo,
que duerme su sueño eterno
cerca de un valle perdido...
El viento, entre los trigales,
me susurraba al oído:
"No te enamores de mayo...,
¡es muy desagradecido...!".
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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