Tras la II Guerra Mundial,
lo cierto es que poco se conocía sobre el espacio.
Sobre esa inmensidad
más allá de la atmósfera...
La Astronomía,
había aportado innumerables datos,
calculado órbitas,
clasificado y organizado el cielo,
e, incluso,
elaborado atlas celestes
hasta más allá de la vigésima magnitud...
Es todo cuanto daban de sí los telescopios...
Puede que estos logros nos parezcan insuficientes.
Hemos llegado a la Luna.
Sabemos que, de momento,
no se han hallado vestigios de vida en Marte.
Que Mercurio,
contiene un terrible contraste
entre su cara iluminada,
y su cara oculta...
¡Y nos asombramos por las increíbles imágenes
obtenidas por el telescopio espacial "Hubble"!
Pero...todo tuvo un comienzo...
En 1935, el globo libre norteamericano
"Explorer II",
llegó a la altura máxima
que se ha podido alcanzar en globo tripulado: 22.066 m.
A esa altura,
la luna y las estrellas
son vivibles en pleno día.
Dirigió la expedición
el capitán Stevens,
de la Sociedad Geográfica Americana.
Lanzamiento de una V-2,
de construcción estadounidense,
destinada a explorar las altas zonas de la atmósfera,
inaccesibles al hombre.
Su peso era de 14 Tm.,
de las cuales, 9,
constituían la mezcla propulsora,
de oxígeno y alcohol.
Tenía una longitud de 13,65 m.
Su velocidad máxima inicial,
alcanzaba 1600 km./hora.
Se alcanzaron distancias
de 400 km.,
desde la superficie terrestre.
Una de las imágenes tomadas
por el cohete estratosférico "Aerobee"
("abeja volante"),
lanzado en 1948.
Puede verse una parte del territorio occidental de EEUU,
y Norte de Méjico,
desde 91 km. de altura.
La curvatura de la superficie terrestre,
era un hecho innegable.
(Archivo: cuevadelcoco).
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