Delicada melodía
de la brisa en el rosal,
esencia primaveral
que se derrama en el día.
Suave y etérea armonía
con fragilidad de cuento,
lánguido canto que al viento
ofrece su corazón.
Tibia y serena emoción,
efímero encantamiento.
(Archivo: cueva del coco).
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