El Filósofo lo presentía...
Se despertó una noche,
mientras la luz de la luna
atravesaba los cristales de su habitación...
Fue un despertar suave,
que no alteró sus pulsaciones...
Sólo sintió que su amigo,
el impenitente viajero,
estaba muy cerca...
El gato, dormido a los pies de su cama,
hecho un ovillo,
siguió sumido en sus sueños gatunos...
Los dos perros,
sobre la alfombra,
ni se inmutaron...
Quizá uno de ellos,
no se sabe cuál,
respiró profundamente...
Y el Filósofo,
volvió a retomar el sueño,
mientras esperaba con júbilo,
esas veladas,
en las que el viajero,
le referiría tántas y tántas historias
sobre los lugares que había visitado...
Esas veladas,
que, en ocasiones,
terminaban
con la primeras luces
de la nueva mañana...
(Archivo: cuevadelcoco).
(Ilustración "El retorno del caminante),
grafito sobre papel tipo "Canson".
Dimensiones: 30 x 19 cm.).
(lacuevadelcoco,
hará entrega,
bien en mano,
o por correo,
sin gasto adicional alguno,
al primer visitante de hoy,
que haya leído esta entrada,
y que primero lo solicite,
enviando su petición
a este correo:
de la ilustración que acompaña esta entrada,
firmada y dedicada por el autor,
esto último si así lo desea).
1 comentario:
ya ta. ¿he sido el primero?
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