Otoño...
Caminando despacio,
silencioso...
Y se cuela dentro de nosotros
como un pájaro aterido
en busca de un poco de calor,
de un lugar
donde posarse y dormitar
con la cabeza bajo el ala...
Poco a poco va podando
la luz de cada día...
Jardinero de sombras
imprecisas...
A veces,
sopla el viento...
Y la lluvia
se derrama sobre los campos...
Pero le damos cobijo,
porque lo amamos...
Sus legendarios tonos amarillos
¡son tan fugaces...!
Las hojas se desprenden
y giran un instante
en un vuelo melancólico...
Y descansan,
por fin,
en las márgenes de los caminos...
¡Otoño...!
Nunca tiene prisa...
Todo lo deja
en las manos del tiempo...
Y así, hoy,
día de San Andrés,
casi estamos a las puertas del invierno...
¡Otoños de mi infancia...!
La luna iluminaba
esa calle tranquila,
escenario de nuestros juegos...
(Archivo: cuevadelcoco).
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
No hay comentarios:
Publicar un comentario