Todos partiremos...
¡Y no sabemos cuándo...!
Nuestros seres más queridos,
toman ese tren sin retorno...,
y nos dejan su ausencia...
La ausencia más dolorosa...
Y cuando parte una madre,
el dolor es más intenso,
más hondo,
más insondable...
Porque, durante un tiempo,
habitamos en ella,
y luego,
nos acunó entre sus brazos,
se unió a nuestros juegos,
derramó palabras de leche y de miel
sobre nuestros corazones,
para que la vida,
algún día,
fuera más dulce con ese recuerdo...
Compartió,
con su alma generosa,
nuestras ilusiones y sueños,
y fue cómplice
de ese amor juvenil,
que florecería con el tiempo,
y que, con el tiempo,
daría gozosos frutos...
¡Ay, la ausencia...!
Ya no hay retorno...
Sólo podemos mirar atrás...
Y derramar nuestras lágrimas,
mientras evocamos
los días luminosos...
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
1 comentario:
Muchas Gracias Hermano Coco: Nos han emocionado tus palabras y te agradecemos el bonito recuerdo que le has dedicado a nuestra Madre.
Un abrazo.
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