Poco a poco, sin darnos cuenta,
hemos consumido dos meses del verano...
El tiempo es implacable...
Ya lo decía D. Miguel de Unamuno,
en un delicioso libro,
titulado
"Recuerdos de niñez y mocedad":
"No hay fecha que no llegue,
ni plazo que no se cumpla".
Van pasando los días...
Y, ahora,
en este incipiente amanecer,
me pregunto:
¿Qué recordaremos del estío de 2013?
Pues..., muy poco...
Todo sigue como siempre...
Y como siempre, mal...
Puede que el único recuerdo
que se nos quede fijo en la memoria,
sea esa trapisonda de Gibraltar...
No se habla de corrupción...
¿Dónde están los corruptos...?
¿Disfrutando de sus vacaciones...?
O, en un limbo,
donde olvidar y ser olvidados...
Mientras, Gibraltar...
Yebel Tarik,
como llamaron a la roca
los árabes del siglo VIII,
cuando apenas habían puesto
el pie en la península...
¡Vaya verano...!
Un "tiempo necio",
según el buen decir de Santa Teresa...
Pero..., tiempos necios
sumados a más tiempos necios,
dan como resultado
cinco años de crisis...
Sin que se vea el final del túnel...
¿Pesimismo...?
No..., sólo la cruda realidad...
Se barajan cifras...,
todas ellas ridículas...
Se vaticinan índices de crecimiento,
que matan de risa...
Y el país,
¡eso sí que es un milagro...!,
sigue adelante...
¿Recuerdos del verano...?
Pues no sé...
He buscado alguno...
Y sigo sin saber...
(Archivo: cuevadelcoco).