El Filósofo, saturado ya de los calores de estos días,
ha decidido subir hasta las rocas
donde vive el Coco en su cueva...
Y ha cruzado un riachuelo,
de aguas murmurantes,
que parece que cantan...
Se ha refrescado las manos y los pies,
y ha permanecido allí, en la sombra,
contemplando los juegos de los dos perros...
El gato, en su cesta,
completamente dormido...
Cuando lleguen a su destino,
será casi de noche...
Pero el Coco y el Filósofo,
contemplarán en silencio
los últimos resplandores del día...
Y, cuando aparezcan las primeras estrellas,
sentirán el viento fresco y vivificante
que sólo se respira en las alturas...
¡Cuántas veces ha cruzado este río...!
No ha podido evitar
la evocación de Heráclito...
"...Todo fluye..."
Como fluímos nosotros,
ríos humanos,
siempre con distinta agua...
¿Hacia dónde...?
Como siempre...
¡quién sabe...!
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).