El Filósofo está triste...
Una indefinible melancolía llena todos sus pensamientos...
Como Huckleberry Finn, el gran personaje de Mark Twain, quisiera irse lejos, muy lejos...
¿Dónde...?
Ni él mismo lo sabe...
Simplemente, muy lejos...
Sin un destino fijo...
Siempre que llegan estos días, que preludian a septiembre y al otoño, le ocurre lo mismo...
Vagar por ciudades donde estuvo, o que nunca pisó, confundirse entre la gente...
Y así, hasta sentir la necesidad de volver...
Mientras, escribe en su diario:
"...este verano agotador, casi ha llegado a consumirme...
Necesito salir de aquí...
Pero ya no tengo la misma vitalidad de antes...
¡Sólo con diez años menos...!
Esta noche, he soñado con Karen...
Recorríamos las calles de Hamburgo, al atardecer...
A veces, su rostro era el de una niña...
Otras, de una mujer en su plenitud...
Luego, llovía...
He despertado sintiendo una profunda tristeza...
La verdad es que la idea de viajar, me inquieta...
¿Qué sería de los dos perros, el gato,
y mi amigo el Coco...?
No lo sé...
Sólo puedo pensar, como los clásicos, en que
Júpiter, que lleva la cuenta de nuestros días,
tal vez nos depare una mañana más..."
El Filósofo se ha sentado en el jardín,
con el gato en las rodillas...
Arriba, muy alta, la luna de agosto...
Mañana, será la segunda luna llena...
"Luna Azul"...
Cuando hay dos lunas llenas en el mismo mes...
¿Será un buen augurio...?
¡Quién sabe...!
(Imagen: La luna del 29 de agosto. Mirarlook/cuevadelcoco).
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