¿Quién no ha leído la magnífica novela de Thomas Mann, "La montaña Mágica...?
Esta novela, tesoro de mi juventud, me entusiasmó de tal forma, que fue mi libro "de cabecera" durante mucho tiempo...
¡Increíble Thomas Mann...!
Premio Nobel de Literatura en 1929...
La Peña de Oroel, fue mi montaña mágica desde que mis ojos la vieron por primera vez, en los albo-
res de mi infancia...
Todas las mañanas, antes de dirigirme hacia el Colegio o el Instituto, salía un momento a la terraza, y la contemplaba en silencio, como se contempla a un ser amado, cariñosamente...
Hasta 1967, no subí a Oroel...
Desde entonces, ha sido una constante...
Hubo una serie de años, en los que, cuando llegaba el buen tiempo, ascendía hasta su Cruz metálica, un par de veces al mes...
Y me complacía en el inolvidable panorama que se divisa desde la cumbre...
Al sur, el Prepirineo, con sus montañas y colinas, precursoras de la llanura...
Y, al norte, las cumbres...
Esas cumbres tan queridas, igualmente familiares, aunque menos accesibles...
Y, en medio, la ciudad de Jaca...
Con los prismáticos, podía distinguirse la torre de la Catedral..., y la de las Benedictinas..., la Torre del Reloj..., la Ciudadela...
Era la entrañable ciudad, arropada por sus montañas...
Sí, la Peña de Oroel tiene algo de mágico...
Porque, una vez que se ha contemplado, que se ha alcanzado la cima, siguiendo esa senda que huele a
pinares y que tiene un sabor a leyenda, con rincones druídicos, donde nadie parece haber penetrado...,
el olvido es imposible...
¿Qué hubiera escrito Thomas Mann sobre Oroel...?
Acaso le hubiera inspirado..., pero creo que no la contempló nunca...
Sí ha inspirado a pintores, y es quizá una de las montañas más representadas en acuarelas óleos y dibujos...,
y fotografías...
Su imagen cambia con las estaciones...
Nunca es igual...
Ni siquiera a lo largo del día...
Que, cerca ya del viaje definitivo, tenga..., tengamos..., la suerte y la fortuna de admirarla por última vez...
(Imagen: Panorámica de la Peña de Oroel. mirarlook/cuevadelcoco).
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