Es lamentable que una pandilla de niñatos mantengan en jaque a la justicia y a las fuerzas de seguridad, con sus declaraciones contradictorias. Primero, que en el río, ahora que en un vertedero...
Es absolutamente vergonzoso.
Constituye un episodio de la España negra, que ya debiera de haber sido resuelto con toda claridad.
Mientras, la familia de la víctima, pide una lógica justicia, exige que el cuerpo de la joven sea hallado por fin, aunque sea un triste consuelo, pero consuelo al fin.
¿Es que no es posible hacer que estos jóvenes, bárbaros y sin conciencia, digan la verdad, confiesen la verdad de los hechos y dar así por terminado el triste episodio?
De momento, se suceden los abogados defensores.
En casos así, habría que lograr una declaración definitiva, aunque fuese a la fuerza...
La familia, deshecha, conmocionada, espera...
Y mientras, a pesar del despliegue de medios, que ya parece un circo, ningún resultado.
Lamentable, muy lamentable...
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