"Sesión de cine".
Edward Hopper.
¡Definir el cine...!
Difícil...
Quizás es el arte de la luz y la transparencia.
Sin estos dos elementos esenciales,
el cine no existiría...
Y ese fenómeno natural,
que consiste, fundamentalmente,
en la persistencia de las imágenes en la retina...
Que permite conectar cada nuevo fotograma con el anterior,
formando una sucesión continua,
reflejando el movimiento...
O la ilusión del movimiento...
Se considera la cinematografía, como el Séptimo Arte,
añadido a la seis artes clásicas.
¡Puede ser...!
En el cine, todo es posible.
Se puede viajar en el tiempo y en el espacio.
Vivir otras vidas, diferentes de las nuestras,
emocionarnos con ellas,
y olvidar, sobre todo, la cotidiana monotonía.
Llenarnos de esperanza,
y saciar nuestra sed de viajeros impenitentes.
El ser humano, en el fondo, sigue siendo nómada.
Casi adolescente, recuerdo un verano,
que en compañía de un amigo,
íbamos todas las tardes a un pequeño prado,
próximo a las vías del tren, para verlo pasar,
camino de..., eso es lo de menos...
Uno de mis tíos abuelos, trabajó para la famosa Pathé,
que transportaba al espectador
a los lugares más remotos del planeta.
Y, cuando refería sus peripecias,
no podía dejar de sentir una buena dosis de envidia.
Conocíó, además, a muchos actores y actrices.
Hablaba de Grace Kelly,
como si se tratara de su sobrina.
El mundo se hizo más pequeño por obra y gracia del cine...
Por supuesto, y como no podía ser de otra forma,
fue utilizado por las diferentes ideologías,
bien para ensalzar su causa,
o para atacar moralmente al contrario.
La industria cinematográfica,
dividió al mundo en "buenos" y "malos",
porque pronto se comprendió que era un arma
de infinitas y contundentes posibilidades.
Arnold Hauser, en su "Historia social de la Literatura y el Arte",
dedica el último capítulo de la obra,
que titula "Bajo el signo del cine",
a la gran influencia qué éste adquirió,
ya en los comienzos del S. XX,
y su enorme función propagandística,
sobre todo, a partir de los años treinta.
La primera de las tres décadas más brillantes de la historia del cine.
Desde 1930 a 1950, el "séptimo arte",
logró alcanzar las más altas cotas de calidad y prestigio.
La incorporación, tanto del sonido como del color,
permitió lograr producciones inolvidables.
Al principio, el cine no contenía argumento alguno.
Esto cambió de forma radical, con los primeros cineastas,
todavía en el etapa "muda".
Y el elemento que no puedo ni debo dejar de mencionar,
es el montaje.
Así de simple.
El montaje, permitió construir historias,
de manera que fueran creíbles,
dividiéndolas en escenas
y facilitando así su seguimiento.
El director capta escenas.
El montador se encarga de relacionarlas.
El escritor, crea.
El editor, reconstruye lo escrito.
En el cine, sucede lo mismo.
Y creo, que, por hoy, he llegado al final.
(Archivo: cuevadelcoco).
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