A pesar de todos los pesares,
han pasado los días.
El tiempo no descansa.
Si miramos atrás,
se nubla el pensamiento.
Tras los cristales,
fragmentos de primavera.
Nubes que van y vienen.
Los árboles de la calle,
florecieron, llenos de gozo,
presintiendo
la dulce primavera.
El tiempo no se detiene.
Los pétalos se fueron con el viento.
Y nosotros,
subimos a un tren
sin ningún destino.
Pasajeros estáticos,
en una larga espera,
entre noches de insomnio
y ananeceres tristes.
Y el tiempo siempre fluye.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlookcuevadelcoco).
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