En el primer amor, todas las rosas.
Y el esplendor de junio en la mirada.
Caricia de una brisa perfumada.
Latidos de inquietantes mariposas.
Eternidad. Promesas amorosas
en horas que se funden con la nada.
Asciende la impaciente llamarada
al vértice de auroras presurosas.
Cantos de apasionados ruiseñores,
ardiente sinfonía entre las frondas,
aderezando aromas de jazmines.
Destensaron sus cuerdas los violines.
Y en las horas profundas y más hondas,
navegaron sus sueños los jardines.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlookcuevadelcoco).
Cantos de apasionados ruiseñores,
ardiente sinfonía entre las frondas,
aderezando aromas de jazmines.
Destensaron sus cuerdas los violines.
Y en las horas profundas y más hondas,
navegaron sus sueños los jardines.
(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlookcuevadelcoco).
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