El circo, hablando genéricamente, solía llegar para las fiestas...
De pronto..., ¡todo se llenaba de carteles...!
Carteles de brillantes y vivos colores,
que incitaban a sacar unas entradas
y pasar una tarde o noche divertida...
¡Había llegado EL CIRCO...!
Luego..., el circo se iba...
Quedaban unas manchas de hierba seca,
amarillenta...
Y un no sé qué de vacío...
¡Y los carteles...!
Que, poco a poco, y con la fuerza del sol,
se iban tornando descoloridos...
Alguna tormenta,
terminaba por despegarlos,
rasgarlos,
y convertirlos en un triste epitafio,
para lo que fueron las horas alegres,
de payasos, tigres, leones,
malabaristas, trapecistas,
y esa música,
con mucha trompetería,
que alegraba las inmediaciones
de donde se alzaba la carpa...
Quienes vivimos, (y sufrimos también),
toda la parafernalia
de las primeras elecciones democráticas,
asistimos al espectáculo,
muy poco variado, por cierto,
de mítines, encuentros,
altavoces vociferantes,
y la "actuación" de algún que otro
"personaje destacado",
que se desgañitaba,
proclamando las excelencias de su grupo,
poniendo a caldo a los contrarios,
y quedando todo en un ambiente desabrido
lleno de incertidumbres...
¡También hubo carteles...!
¡Pues claro que los hubo...!
¡De todos los colores y tamaños...!
Con rostros sonrientes,
prometedores de un mundo mejor...,
bueno..., de un país mejor...
El sol, el viento y la lluvia,
hicieron de las suyas con ellos...
¡A fin de cuentas, papel impreso!
"!...qué dolor de papeles,
que ha de barrer el viento...!
¡qué tristeza de tinta,
que ha de borrar el agua...!"
Poco han cambiado las cosas...
Acabamos de pasar y sufrir unas elecciones,
que, en este momento es mejor olvidar...
Y las que se avecinan...,
¡serán lo mismo!
Nuevos rostros,
nuevas siglas,
nuevos colores...
Y, al final,
para los sufridos carteles...,
la indiferencia,
la desolación,
y el olvido...
(Archivo: cuevadelcoco).
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
Luego..., el circo se iba...
Quedaban unas manchas de hierba seca,
amarillenta...
Y un no sé qué de vacío...
¡Y los carteles...!
Que, poco a poco, y con la fuerza del sol,
se iban tornando descoloridos...
Alguna tormenta,
terminaba por despegarlos,
rasgarlos,
y convertirlos en un triste epitafio,
para lo que fueron las horas alegres,
de payasos, tigres, leones,
malabaristas, trapecistas,
y esa música,
con mucha trompetería,
que alegraba las inmediaciones
de donde se alzaba la carpa...
Quienes vivimos, (y sufrimos también),
toda la parafernalia
de las primeras elecciones democráticas,
asistimos al espectáculo,
muy poco variado, por cierto,
de mítines, encuentros,
altavoces vociferantes,
y la "actuación" de algún que otro
"personaje destacado",
que se desgañitaba,
proclamando las excelencias de su grupo,
poniendo a caldo a los contrarios,
y quedando todo en un ambiente desabrido
lleno de incertidumbres...
¡También hubo carteles...!
¡Pues claro que los hubo...!
¡De todos los colores y tamaños...!
Con rostros sonrientes,
prometedores de un mundo mejor...,
bueno..., de un país mejor...
El sol, el viento y la lluvia,
hicieron de las suyas con ellos...
¡A fin de cuentas, papel impreso!
"!...qué dolor de papeles,
que ha de barrer el viento...!
¡qué tristeza de tinta,
que ha de borrar el agua...!"
Poco han cambiado las cosas...
Acabamos de pasar y sufrir unas elecciones,
que, en este momento es mejor olvidar...
Y las que se avecinan...,
¡serán lo mismo!
Nuevos rostros,
nuevas siglas,
nuevos colores...
Y, al final,
para los sufridos carteles...,
la indiferencia,
la desolación,
y el olvido...
(Archivo: cuevadelcoco).
(Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).
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