Un buen amigo, excelente y apasionado anticuario,
con el que suelo mantener inolvidables momentos
de conversación,
me obsequió,
un poco antes
de la pasada Navidad,
con unos treinta números
del diario "La Vanguardia",
publicados entre 1917 y 1920.
Y he seleccionado
una serie de anuncios,
que, en su tiempo,
no cabe duda
de que llamaron la atención de los lectores.
¿Cómo serían estas pastillas alemanas...?
¿Curaban, o atenuaban,
la tos, la bronquitis,
e, incluso el asma...?
¡Quién sabe...!
De niño, allá por los años cincuenta,
recuerdo haber tenido una de estas lámparas en las manos,
eso sí, con mucho cuidado...
Un tío abuelo,
que había sido electricista,
dejó en nuestro desván una caja
llena de cachivaches,
y entre ellos, varias de estas lámparas...
recuerdo haber tenido una de estas lámparas en las manos,
eso sí, con mucho cuidado...
Un tío abuelo,
que había sido electricista,
dejó en nuestro desván una caja
llena de cachivaches,
y entre ellos, varias de estas lámparas...
"Enfermos del cabello"...
La verdad es, que, han aparecido
multitudes de "crecepelos",
pero, hasta ahora,
lo único efectivo son
o las pelucas,
o los implantes...
La verdad es, que, han aparecido
multitudes de "crecepelos",
pero, hasta ahora,
lo único efectivo son
o las pelucas,
o los implantes...
Una maravilla de la técnica, en su época.
¡Lo mejor de lo mejor en sonido!
Incluso prescindía de la aparatosa bocina,
que, por otra parte,
también tenía su encanto.
Y, por supuesto,
aunque estemos hablando
del año 1918,
¡se vendía a plazos!
(Archivo: cuevadelcoco).
¡Lo mejor de lo mejor en sonido!
Incluso prescindía de la aparatosa bocina,
que, por otra parte,
también tenía su encanto.
Y, por supuesto,
aunque estemos hablando
del año 1918,
¡se vendía a plazos!
(Archivo: cuevadelcoco).
1 comentario:
Gran trabajo amigo coco, me encanta este retroceso a una parte de nuestra historia. Sigue así amigo. Un abrazo
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