El TBO,
tal como lo conocimos
a finales de los 50
y en los 60...
No podía faltar...
Una semana sin TBO,
era como si te quedaras
sin merienda,
sin el cine semanal del colegio,
o, incluso,
sin domingo...
Se leían y releían...,
se pasaban a los amigos,
se intercambiaban...
Pero...,
el TBO
no dejaba de leerse...
(Archivo: cuevadelcoco).
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