El Sr. Mas, ha vivido fugaces,
pero que muy fugaces,
momentos de gloria...
Ofreció coloridos y perfumados ramilletes
al pueblo catalán,
y se excedió en sus promesas...
El primer gesto negativo
que se le advirtió,
fue la no presencia
en la manifestación de la Diada...
Sí, aseguró que estaba "en espíritu",
pero eso no es creíble...
Es tiempo de actitudes empiristas,
no de profesiones de fe...
¿Estuvo...,
no estuvo...?
Sólo él lo supo...
Y, a partir de allí,
retroceso tras retroceso...
Recular,
es una palabra que lo dice todo,
aunque a vulgar nos suene...
Pero es así...
El Sr. Mas,
como los cangrejos,
entre marchas atrás y de lado,
se desdice día a día...,
recula...
Porque se ha metido en un berenjenal,
del que no sabe cómo salir...
Y, como quiere,
no desea, quiere,
seguir siendo presidente,
pues recula con moderación...
La independencia de Cataluña,
perjudica a los propios catalanes
más que a nadie...
Si se van,
lo tienen crudo...
Se van a convertir
en un estado fantasma,
quizá por aquello del "espíritu" de su presidente...
Y D. Arturo lo sabe...
Grandes empresas,
algunas multinacionales,
por no decir todas,
e, incluso, el sector bancario,
abandonarán el buque...
Al menor indicio de hacer agua,
se largarán lo antes posible,
y allí quedará esa minoría,
negativamente soñadora,
negativamente ilusionadora
de sus ciudadanos...
Con el señor Mas,
en la cima de un montículo de barro,
lanzando proclamas al viento,
que todo se lo lleva...
Una vez más,
"verba volat..."
¡Pobre Sr. Mas...!
¡Pobres acólitos del Sr. Mas...!
No se puede prometer
lo que no se puede cumplir...
Y así,
el presidente Artur Mas,
recula y recula...
Busca resquicios
por los escabullirse
sin quedar
demasiado malparado...
El muro que se levanta ante él
y sus pretensiones,
es demasiado sólido,
infranqueable,
imposible de escalar para pasar al otro lado...
¡Y lo ha construído él mismo...!
(Archivo: cuevadelcoco).
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