La crisis tiene sus ironías...
Ha aumentado el número de ricos...
Y quienes ya lo eran, han visto multiplicado generosamente el volumen de su cuenta corriente...
Mientras, el ciudadano medio, el que aún tiene la suerte de conservar su puesto de trabajo, comtempla cómo su capacidad adquisitiva va menguando día tras día...
Sin que pueda hacer nada por remediarlo...
Los nuevos ricos, y los que han engrosado su ya existente fortuna, pueden dar las gracias a estos tiempos difíciles, en los que la especulación, sin escrúpulos, por supuesto, ha colocado en sus manos la posibilidad de obtener sustanciosos beneficios sin esfuerzo apenas...
El desigual reparto de la riqueza, "que siempre ha estado ahí", constituye un auténtico agravio en este momento.
Mientras el país se hunde en la miseria, arrastrando en su caída a los económicamente débiles, la lujosa y deslumbrante nave de los especuladores, navega sin riesgo, con toda seguridad...
El Gobierno, o no se entera, o hace la vista gorda...
Claro, que, el ejecutivo, ya tiene suficientes preocupaciones como para desviar la mirada de su clarísimo afán
de seguir gravando con nuevos impuestos, al sector que es la columna vertebral de la nación: La pequeña y
mediana empresa...
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