La soledad es una pesada carga para el ser humano.
Los ancianos japoneses,
cometen delitos que equivalen
a un tiempo limitado de prisión.
Porque, de esta manera,
comparten su vida con otros de su edad,
o más jóvenes, incluso.
No les falta nada...
Pero carecen de algo muy importante:
La compañía...
Y es que, en estos tiempos,
el mundo se ha vuelto hostil,
y la sociedad no siente aprecio
por las personas cargadas de años...y de recuerdos...
Pero, la soledad se padece
incluso en edades tempranas...
Edward Hopper, a quien siempre he admirado,
fue capaz de transmitirnos el sufrimiento,
la lucha constante en el día a día,
de quienes necesitan unas palabras,
un intercambio de frases por breves que sean...
Obras que se centran en un vagón de tren,
en la habitación de un hotel,
en una cafetería de madrugada...
Cuántas tragedias, cuántos momentos difíciles,
han sido vividos
en el más absoluto anonimato...!
Hopper lo sabía...
Así, la chica que trabajaba en esa sala de cine,
la deshabitada casa junto a las vías del tren,
o el hombre sentado en una escalinata,
recibiendo las primeras caricias del sol,
son los mejores ejemplos
de esta enfermedad social,
que se agrava con el tiempo, y es una paradoja,
cuando podemos comunicarnos
con el otro extremo del mundo sin dificultad...
(Archivo: cuevadelcoco)