La cueva del coco
domingo, 3 de mayo de 2009
Poesía...cada día.
Amanece y me despierta
-encanto del desencanto-,
un grave y plomizo manto
de fragilidad tan cierta
como la muerte del día.
Aunque mi pena tenía
motivos para llorar,
orgullosamente erguido
todo quedó en el olvido.
Tristeza de bajamar.
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