Recobren las sirenas con su canto
el esplendor dorado de otros días
y alejen sus radiantes melodías
las sombras donde se cobija el llanto.
Destierre el sol de mayo el desencanto
de los hielos del alma en que yacías
y vengan otras nuevas alegrías
a iluminar las playas de mi espanto.
La herrumbre de los tiempos te ha sumido
en un mar de vapores irreales.
Tu dulce y grata imagen se ha fundido.
Cuando vuelvan las tardes estivales
encontrarán mi corazón dormido
ajeno al gris caudal de tantos males.
¡¡¡¡Muchas gracias!!!!
ResponderEliminarComo siempre... es genial... me encantan tus poemas... ya voy a seguis siendo feliz (más de lo normal)...
¡El coco mola mucho!
Besos
Vir